
La variedad monastrell es una de las autóctonas de España. Tiende a producir vinos tánicos que pueden tener un alto contenido de alcohol. El estilo de vino que se produzca a partir de esta uva varía mucho en función del lugar.
La variedad puede ser difícil de cultivar, porque prefiere que le de el sol por arriba y el agua por debajo. Es decir, necesita un tiempo muy cálido y muy poca cantidad de hojas con respecto a la fruta. También una adecuada cantidad de agua o un sistema de irrigación para producir frutos sabrosos e intensos y que no sean demasiado amermelados o herbáceos.
En épocas pasadas fue la variedad reina de los viñedos de Sagunto, que le dio su nombre medieval (Morvedre) y también se cultivó en comarcas más septentrionales. Su etimología deriva del latín monasteriellu, diminutivo de monasteriu, por lo que podría hablarse de una posible intervención de los monjes en su difusión por Cataluña y Valencia.
Muy adaptada a los glacis calcáreos del Vinalopó y altiplanicies de Jumilla y Yecla, la monastrell resiste muy bien el clima árido y produce vinos muy tintos y alcohólicos, aptos para el envejecimiento.
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La monastrell en la DO Jumilla
En Jumilla, la Monastrell constituye más del 80% del viñedo. Aquí se muestra como una variedad noble, austera, resistente y sufrida de pequeños racimos, con uvas, también pequeñas, de oscura coloración y gran riqueza en azúcares y en otros componentes nobles del extracto.

Se elaboran vinos tintos directos, jóvenes, en ocasiones de maceración carbónica y con moderadas crianzas. Unos vinos sobre los que se ha conseguido reducir la oxidación. Ahí es donde ha entrado en acción la técnica, tan importante en el mundo del vino como la propia materia prima.
La monastrell en la DOP Vinos Alicante
En la DOP Vinos Alicante, la variedad monastrell está principalmente enclavada en el Vinalopó. A día de hoy supone el 75% de la producción de la DOP. Así, la monastrell es la uva autóctona de la zona y a día de hoy sirve para buscar una diferenciación y una razón de ser.
«Es nuestro pasado, nuestra esencia», explica Eladio Martín Aniorte, gerente del Consejo Regulador de la DOP Vinos Alicante, para detallar que «se ha obviado a los críticos y comerciantes principales y se ha resaltado su color, expresividad y su delicadeza».
En este sentido, a la monastrell «hay que tratarla bien para dar grandes vinos y las primeras experiencias en este sentido hay ayudado a encontrar su guía».

En los últimos años «se ha aprendido a suavizar la madera, pues se ha visto que la monastrell por sí, comunica muchas cosas y no hace falta criarla demasiado», explica.
«Luego se ha hecho mucho con el frío y la cosecha en óptimas condiciones, sin sobremadurar, en una zona donde hay tanto sol. Fermentaciones controladas, maceraciones o coupages nuevos. Todo ha ayudado», añade Martín Aniorte.