
De entre todos los fiambres hay un rey. Y ese es sin duda el jamón serrano. Como tal, deberemos encontrar el vino que esté a la altura de su calidad y que acompaña el inconfundible sabor del jamón serrano.
En cuanto a los tintos, si tienen mucho cuerpo, taninos marcados o madera muy presente, esconderán el sabor del jamón. Y no es eso precisamente lo que queremos. Mucho mejor elección es la de acompañar el jamón con tintos jóvenes, que mezclen su frescor con el sabor intenso del jamón. Entre las opciones, encajan muy bien los elaborados con uva Cabernet Sauvignon.
Los tintos jóvenes casan bien con el jamón. Matizan sus aromas y se envuelven con la grasa creando una expresiva mezcla. Con los tintos jóvenes excesivamente estructurados, con mucho cuerpo, no pasa lo mismo.
Entre el jamón y los vinos tintos de crianza en maderas nobles hay una sintonía perfecta. Pero siempre es necesario que haya un equilibrio entre el contenido alcohólico y la acidez.
Un buen vino para complementar un jamón es Tres Picos, de Bodegas Borsao. Un vino del Campo de Borja elaborado con una 100% garnaca.
Joven y afrutado, nos encontramos ante un vino muy atractivo para combinar con el embutido español por excelencia.
Las marcadas personalidades de los tintos de reserva y gran reserva chocan. No se envuelven ni se entremezclan bien, auqnue se respetan y ceden el paso comprendiendo cada uno el peso y valor del otro.
Los viejos taninos se cubren con la orgullosa grasa. El aterciopelado de sus cuerpos deja paso al cuerpo del jamón, sabroso y amplio.
Una buena elección, los vinos generosos
Los vinos generosos son aquellos que tienen una graduación alcohólica que varía entre los 15 y los 23 grados. Son vinos obtenidos mediante sistemas de crianza peculiares y específicos que les conceden unas características propias y únicas.
Este proceso se realiza con una cuidadosa selección de uvas. Hoy en día, podemos encontrar este tipo de vinos en todas las zonas de España, pero se suelen identificar con los vinos de Jerez.
Los vinos generosos o fortificados se añejan en roble y es posible encontrarlos en su versión dulce o seco.

Por ejemplo el fino y la manzanilla son grandes acompañantes del jamón serrano. Resaltan su textura y ponen de relieve sus amplias sensaciones.
Entre los vinos de Jerez podremos encontrar buenos ejemplos de vinos que maridan extraordinariamente con el jamón serrano. Los elaborados con uva pedro ximénez son especialmente idóneos.
Otros generosos como el amontillado y el oloroso seco le intimidan un poco, aunque a veces jueguen con él. Los generosos dulces, en cambio, no casan en absoluto con el jamón.
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Otras opciones para acompañar al jamón serrano
Respecto a los blancos combinan bien siempre y cuando tengan cierta crianza. Será mejor no optar por blancos jóvenes, que frecuentemente tienen notas afrutadas y acidez. Se perderán con el sabor intenso y la textura grasa del jamón.
Tampoco los vinos blancos dulces son los más recomendables para maridar, ya que en muchas ocasiones ‘duermen’ las papilas gustativas e impiden disfrutar de un alimento tan sabroso y expresivo.
Los espumosos son un auténtico reto. Los muy jóvenes y afrutados y con punzante burbuja no se entienden con el jamón, que los aplasta y anula. Los viejos espumosos y ciertos “champagnes” representan un auténtico juego de colosos para el jamón ibérico. Potencian expresiones y sus matices, y se enfrentan con orgullo.
‘Un buen vino’ es una web de divulgación acerca del mundo y la cultura del vino, que pretende acercar a todos los públicos información y conocimiento de interés acerca de este apasionante territorio que es la enología