
Seguro que en más de una ocasión has querido sorprender con la elección de un vino especial. Querías un vino para ese momento en el que ibas a pedir la mano de tu pareja. O para el día en el que tu padre se jubilaba.
A lo mejor querías anunciar tu nuevo trabajo con un vino distinto. O simplemente buscabas dejar de comprar lo de siempre, la «apuesta segura». Salir de tu zona de confort. Seguro que alguna vez has querido arriesgar. También con el vino.
Y seguro que muchas veces, no te has atrevido. Has querido dar con ‘Un buen vino’ y no has encontrado la manera.

«Es muy difícil dar respuestas atinadas al respecto, además ¿qué es un buen vino? ¿El que le gusta a cada uno?», explica la enóloga Alicia Estrada, para añadir que «desde luego hay guías y libros que nos pueden acompañar en la búsqueda, nunca ha habido tanta información sobre vino en la red, blogs, páginas de comunidad etc».
La importancia de dejarse aconsejar
El pensamiento debe quizá nacer a la inversa: pensar en el tipo de vino que nos apetece, tratar de transmitirlo y dejarse aconsejar. ¿Pero cómo?
«Cuando yo visito países o zonas de las que conozco poco, suelo encaminarme a una enoteca, contarle al profesional el tipo de vino que me gusta y pedirle recomendaciones. No es fácil conocer tantos vinos y tantas marcas pero todos sabemos describir los vinos que sí nos gustan o los estilos de vino que nos agradan», detalla Estrada.
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En este sentido explica que «en todas partes podemos encontrar buenos vinos, igual que vinos malos», para añadir que lo que no cree «es que se puedan encontrar vinos buenos por un euro y medio o dos euros».
«Seguramente hay vinos de bajo precio que ofrecen una buena relación calidad/precio lo que no implica que sean vinos buenos, son razonables para lo que pagamos por ellos», señala la autora de ‘Los 100 mejores vinos por menos de 10 euros‘, una guía que agrupa a 100 joyas enológicas de 42 denominaciones diferentes.
A su juicio, teniendo en cuenta lo que cuesta la uva, la botella, la etiqueta o la distribución, «vender vinos a bajísimo precio implica en la mayor parte de los casos que sobreexplotamos la tierra o explotamos al agricultor y ninguna de las dos cosas me gusta».
Fíjate en las pequeñas bodegas que innovan mirando al pasado
«Por lo demás, no tengo nada en contra de comprar vino en el supermercado. Me gustaría eso sí que los supermercados dieran una oportunidad a los vinos locales y de proximidad, lo que haría que en un supermercado de Valladolid se pudieran encontrar vinos artesanos de la zona diferentes a los del mismo súper de Tarragona o Valencia», añade.
En este sentido, aunque reconoce que quizás sea «gusto personal», se decanta especialmente por las pequeñas bodegas, las bodegas artesanales, la gente que te habla de su viña y que elabora sus vinos donde puede, la gente que recupera viejas variedades perdidas, que innova mirando al pasado…

«Esta gente embotella cada año sus sueños, sus anhelos, su trabajo… y compartir todo esto es una gran lujo que habitualmente tiene un precio muy justo. Estos vinos no valdrán nunca un euro y medio pero valdrá mucho más de lo que cuestan. En mi libro hay muchísimos de estos vinos por menos de 10 euros aunque también se pueden encontrar grandes vinos de bodegas de mayor tamaño».
El gusto es tuyo
Casi todo en el vino tiene que ver con la subjetividad para Estrada: «un vino, por muy recomendado que esté por los técnicos, por mucha nota que los críticos le hayan puesto, si no te gusta, no es bueno para ti».
«A veces hay vinos excelentes pero muy complejos de beber y apreciar y no nos gustan simplemente porque nuestra percepción sensorial no está educada para entender y disfrutar de tal complejidad», añade.
«Seguramente en la medida que nosotros evolucionamos como amantes del vino nuestra capacidad de entender los vinos y disfrutarlos es mayor, así que siempre hay que dar una oportunidad incluso a vinos que no nos gustan inicialmente, por si no fueran ellos los malos, si no, nosotros los párvulos».
¿En qué denominaciones encontrar un buen vino?
«A veces me dicen cosas como que en Toro por ejemplo el vino es caro. Cuando ves el viñedo toresano, viejo, poco productivo y que exige trabajo manual te das cuenta que este vino de caro no tiene nada», explica para dejar bien claro que «el precio hay que ponerlo conociendo el viñedo y el territorio».

Para Estrada, hay gente que está haciendo cosas muy interesantes en Valencia, en Murcia, en Castilla, en La Mancha y en muchos sitios. Así, en un primer momento, Estrada valora que «quizás en estas zonas sea más sencillo encontrar buenos hallazgos que en Galicia o en Priorato». «Pero si colocamos el vino en su escenario, me parece que la percepción de precio, se modificaría sustancialmente», añade.
En este sentido, Estrada defiende que «en los últimos años hemos hecho mucho al respecto y nuestros vinos tienen un buen posicionamiento en Europa y en otras muchas zonas como Estados Unidos u Oriente».
Con todo, la enóloga es consciente de que «competimos en mercados globales donde cuesta diferenciarse y donde hay mucha gente compitiendo por lo mismo».
En este sentido destaca que hay muchas bodegas españolas que han puesto toda su fuerza en la exportación porque no ven salida en el mercado doméstico. «Creo que no hay que olvidarse de la internacionalización pero hay que mirar hacia dentro y más que trabajar por subir el nivel de consumo de vino en nuestro país, creo que hay que intentar que se sumen nuevos segmentos de consumidores», opina.
En esa línea, a su entender, «seguramente la incorporación definitiva de las mujeres y de los millennials como nuevos consumidores de vino nos ayudaría a lograrlo». Pero a su juicio «este es un trabajo en el que la administración nos tiene que ayudar».
Sé curioso y deja que el vino te cuente cosas
Para quien esté comenzando a interesarse por el mundo del vino, Estrada recomienda que sea curioso, que pruebe muchas cosas distintas, que llegue al mundo del vino con «el espíritu abierto», que cada vez que tome una copa de vino le dedique al vino un minuto al menos, que deje «que el vino le hable y le cuente cosas, sobre el paisaje donde nace, sobre el frio o las lluvias de ese año, sobre la variedad, sobre las personas que lo elaboran».
Pura poesía.
«Yo he aprendido de vinos especialmente catando varios vinos juntos, lo que te permite tener elementos de referencia y hacer mucho más fácilmente las comparaciones. Tomas una copa de garnacha de Calatayud y otra de Gredos y rápidamente entiendes el concepto de garnachas frescas, por poner un ejemplo, y sin necesidad de tanto rollo sensorial. En todo caso el vino es para pasárselo bien y disfrutar, ese es el espíritu clave», concluye.
Con todas estas claves sobre la mesa quizá te resulte más fácil encontrar ese vino que consiga potenciar cada uno de lo momentos de los que se compone una vida. Experiencias al fin y al cabo que el buen vino puede acompañar.
‘Un buen vino’ es una web de divulgación acerca del mundo y la cultura del vino, que pretende acercar a todos los públicos información y conocimiento de interés acerca de este apasionante territorio que es la enología