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Un buen vino

El auge de los monovarietales de graciano en Rioja

Graciano

Llamamos vino monovarietal al que que está elaborado solo con una variedad frente a los vinos ensamblados o coupage, según su término francés, en los que se combinan en proporciones determinadas por el enólogo varias variedades.

Existen variedades de uva que permiten elaborar vinos sin mezcla de variedades distintas, los llamados monovarietales, vinos, que por sí mismos son de una gran complejidad. A otros, les va la compañía.

Tradicionalmente, el ensamblaje más frecuente de los vinos de Rioja ha unido a las variedades Tempranillo o Garnacha y otras en proporción menor. Así las cosas, en general, en la DOCa Rioja siempre ha habido coupages o monovarietales de Tempranillo. Pero cada vez más bodegas se están atreviendo a hacer vinos 100% elaborados con otras variedades locales.

Entre esas variedades minoritarias está la variedad graciano, autóctona de Rioja y utilizada hasta ahora fundamentalmente en coupages. Nos encontramos con una variedad que, al ser difícil de trabajar, se solía utilizar para ensamblajes. Por suerte hay algunas bodegas, no muchas, que se están atreviendo a sacar todas las propiedades a estas variedades y terminan realizando elaboraciones realmente sorprendentes.

Una variedad escasa, singular y diferente respecto al resto, autóctona de la DOCa Rioja y que, si se sabe trabajar con mimo y dedicación, da lugar a vinos que no dejan indiferente.

Viñedo de graciano de las Bodegas Dominio de Berzal.

Hablamos con enólogos que están detrás de dos creaciones monovarietales de graciano procedentes de Rioja que ya hemos podido descorchar: Bodegas Cornelio Dinastía y Dominio de Berzal. Han sacado al mercado Vega Vella Graciano Ecológico y Graciano 2019 respectivamente.

Basi, desde Bodegas Cornelio Dinastía, cree que “Rioja se ha caracterizado por los coupages de tempranillo de Rioja Alta con las garnachas de Rioja Baja». Pero, a su juicio «el mercado cambió el estilo de vinos, dejando de lado los ‘vinos finos de Rioja’ y por lo tanto fue necesario buscar una variedad para dar más cuerpo y estructura a los vinos, y esta fue el graciano». «Con los años se ha aprendido a cultivarla y elaborarla para domar ese potencial”, valora este enólogo de Cornelio Dinastía.

La «moda» de los monovarietales

Lo cierto es que cada vez aumenta más el número de monovarietales en Rioja. Íñigo Berzal identifica la tendencia: «Hay bodegas que estamos apostando en hacer monovaritales para que no sea todo monocromático en Rioja».

Chema Pangua, también desde Cornelio Dinastía, habla de una «moda de los monovarietales» que es «relativamente reciente». De hecho pronostica que, como moda, «pasará». «Rioja se ha caracterizado por tener coupages donde predominaba el Tempranillo, pero no había una obsesión por los monovarietales”, detalla.

Desde la misma bodega, Basi cree que “si miramos fuera de nuestras fronteras, hay tres grandes varietales que han venido definiendo el perfil vinícola del mundo (en infinidad de ocasiones como monovarietales): el Cabernet Sauvignon, el Merlot y la Chardonnay». Por lo tanto, «no diría que están de moda los monovarietales, simplemente que en España se están empezando a explotar ahora», añade.

Las características de la variedad graciano

Autóctona de la DOCa Rioja, la graciano bien tratada se muestra como una variedad muy atractiva en todas sus fases. Presenta un color vivo e intenso, una amplia variedad de aromas (como especias, balsámicos, frutas rojas o vainilla) y un paladar largo, amplio y sedoso, con un final persistente. Pero como todo lo bueno, cuesta trabajo obtenerlo. Y en este caso todo empieza con una uva que resulta difícil de cultivar y da bastante trabajo.

Así, según explica Íñigo Berzal, «la graciano es muy sensible a la sequía y a la deshidratación del racimo (sobre todo al final de su ciclo), lo que provoca que sea complicado obtener una maduración óptima de la baya manteniendo la frescura y la vivacidad de la fruta. Elaborar un monovarietal con ella es un reto y una manera de dar valor al origen y el territorio».

Viñedo de Graciano en Bodegas Dominio de Berzal.
Viñedo de Graciano en Bodegas Dominio de Berzal.

Según Chema Pangua, de Bodegas Cornelio Dinastía, la graciano “nos regala vinos muy especiados cuando alcanza su madurez y vinos muy verdes cuando no madura”. Además cuenta Basi que la graciano ofrece «potencial tánico y elevado color”. En este punto coincide Íñigo Berzal: «es una variedad que aporta a los vinos un color rojo intenso con algún toque violeta».

«Otra de sus características es la acidez. Es una uva que tiene una mayor acidez y PH más bajo que la variedad tempranillo, por eso muchos vinos se mezcla con el tempranillo para aportar ese punto de acidez», detalla Berzal.

Así las cosas, la graciano «en los vinos aporta olores especiados, balsámicos que son muy identificables y característicos de esta variedad. Los matices en boca son más sedosos, largos y siempre con un toque de balsámico al final». Por último, Chema Pangua también observa que nos encontramos con “una variedad muy original con vinos de orientación hacia crianza”.

«Valientes» monovarietales de graciano

Según Basi, «los vinos monovarietales han existido desde hace muchos años y lo seguirán haciendo”. Pero lo cierto es que ahora los estamos viendo en un mayor número, quizá dentro de la tendencia a potenciarlos.

Para Íñigo Berzal, que la oferta aumente ahora no se debe a que no se haya sabido aprovechar los monovarietales. A su juicio, por ejmeplo, «había que ser muy valiente para hacer un monovietal de Graciano ya que el consumidor no estaba acostumbrado a ese tipo de vinos».

¿Qué ha cambiado? «Yo diría que los nuevos enólogos, que son más atrevidos a la hora de hacer nuevos vinos y también la percepción de los consumidores de vinos que ahora son más receptores a nuevos vinos», valora Berzal.

El potencial que tiene esta variedad radica en su originalidad, no hay otro vino con los matices que da la variedad graciano. «Es un vino que no deja indiferente, o gusta o no gusta y esta variedad Graciano aporta personalidad al vino, también esa frescura que la variedad Tempranillo a veces carece», detalla.

Así las cosas, Berzal ha detectado que «hay mucha gente que prueba y repite, que se están salvando un poco esos prejuicios de que los vinos de Graciano son astringentes y malos». «Mi experiencia es que hay mucha gente que se está aficionando estos vinos con la variedad graciano», remata.

Vega Vella Graciano Ecológico

En el caso de  Bodegas Cornelio Dinastía han presentado un 100% graciano muy especial. Muy concienciados con el cultivo en ecológico, esta es una de sus creaciones más premiadas . Se trata de Vega Vella Graciano Ecológico. Pureza, riqueza y esencia de Rioja en este monovarietal que sorprende por su personalidad y representación de la variedad.

Vega Vella graciano
Vega Vella graciano Ecológico.

Nos encontramos con un vino que destaca y sorprende en todas las fases de la cata. A la vista es limpio y brillante, presenta un intenso color cereza picota con una capa profunda. En nariz sorprende la cantidad de matices que se descubren, destacando aromas a fruta negra madura, grosella, mora y arándano con toques especiados como pimienta negra, tostados y café. En boca es un vino potente con tanino marcado en el que puede apreciarse la barrica además de la fruta madura y los toques especiados, con un paso largo, redondeado y amplio. Es perfecto como acompañamiento de carnes de caza, parrilladas, asados y estofados. Tiene un grado alcohólico de 14,5% Vol.

Vega Vella Graciano ha sorprendido tanto en el ámbito nacional como internacional, obteniendo altas puntuaciones en los certámenes más importantes del panorama mundial: 95 puntos Decanter 2020, Oro en Berliner Wine Trophy 2019, Oro en Mundus Vini 2020, Oro en Premios Ecovino 2020 y Oro en Millésime Bio 2020.

Graciano 2019 de Bodegas Dominio de Berzal

Por su parte, Bodegas Dominio de Berzal lanza al mercado la nueva añada de su monovarietal Graciano 2019. Con una producción limitada de 1.500 botellas anuales, Graciano 2019 transmite las características tan peculiares que tiene esta uva. Para conseguirlo, los hermanos Berzal intentan intervenir lo menos posible en su elaboración, dejando que destaque sobre todo su carácter y pureza.

Este vino no sale al mercado todos los años, solamente cuando se reúnen las condiciones óptimas para su elaboración. Algo que ocurrió en 2019, con un verano muy caluroso que favoreció el crecimiento del graciano. Esto, unido a la baja producción que tuvieron sus cepas, fue ideal para que su maduración fuera homogénea.

La primera añada fue la del 2014, aunque no fue hasta el 2015 que salió al mercado. Ese año falleció Gloria, la matriarca de la familia Berzal. Queriendo hacerle un homenaje a su madre, los hermanos le dedicaron este vino a ella.

No en vano, vieron además que el carácter de “su ama” (como la llamaban con cariño) era muy parecido a las características del graciano: con personalidad, resistente, fuerte y pura. En su etiqueta, la letra “G” de Graciano está remarcada haciéndole un bonito guiño a la “G” de Gloria.