
Dominio de Tares arranca en 2000, fundada por enamorados del vino y del Bierzo, oriundos de la zona.
«Todo arrancó por la afición de un grupo de apasionados del Bierzo, que conocían la variedad Mencía y querían empezar a explorar vinos de larga guarda con esta variedad local», explica Rafa Somonte, enólogo de Dominio de Tares en conversación con Un Buen Vino.
De hecho, fueron los primeros que comenzaron a aplicar crianzas largas a la variedad característica de El Bierzo.

«No se habían explorado hasta entonces porque el mercado no demandaba más que vinos de guarda en zonas concretas», continua. Pero eso cambia.
«Con la especialización de los productores de vino, quieren saber el potencial de otras zonas, hasta entonces asociadas a los vinos jóvenes, y empiezan a probar», explica Somonte.

Hasta entonces los crianzas y reservas venían fundamentalmente de Rioja. Se empiezan a probar esas formas de hacer también en otras DOs y con otras variedades.
Fruto de ese interés, a la mencía le llega una nueva oportunidad, otra vida. Y sabrá aprovecharla.
El redescubrimiento de la mencía
«La mencía tiene una característica, que es autóctona de España y esto hace a una región como El Bierzo fuerte, porque puedes competir con variedad autóctona», valora Somonte.

«La variedad mencía procede del noroeste, el gran desconocido de los vinos de España. Es cuando se empieza a poner más atención en regiones como El Bierzo, cuando cogen fuerza zonas como esta o la Ribeira Sacra».
En cuanto al Bierzo, hasta entonces no se distinguía entre las dos grandes zonas geográficas, el valle y montaña. Los agricultores «cultivaban donde podían».
De hecho, en la época de los vinos de mesa «se daba más predominancia a la zona de valle y primaban los kilos por encima de la calidad».
Pero hoy la situación es distinta: «Tenemos viñedos a varias alturas, tendemos a cultivarlos por encima de 650 metros, en fincas más inclinadas». La dificultad hace bueno al vino, que se crece en la adversidad.

El Bierzo: un cruce de caminos
El Bierzo se caracteriza climáticamente por ser «una zona de cruce de caminos». Geográficamente, es un cruce donde el Camino de Santiago y la Ruta de la Plata se dan la mano. Climáticamente también es un cruce. Y eso le dota de una «climatología única».
Cuenta, por un lado, con un clima semiatlántico, no tan cálido como la zona de la meseta. Pero esta región vinícola cuenta también con características de un clima mediterráneo fresco.

Aquí no faltan ni la lluvia ni el sol. Y se dan, cómo no, en las proporciones óptimas para que la mencía madure plácidamente. Es una variedad muy particular, pegada al terruño del que es propia.
«A nivel organoléptico es una uva bastante gruesa, fruta negra madura silvestre, toques minerales de pizarra. En cuanto a la boca no es ácida, tiene un tanino sedoso», describe Somonte.
Dominio de Tares: vinos cuidados a precios competitivos
Esta bodega berciana sigue manteniendo espíritu. El de los vinos de guarda: «Mantenemos crianza en los tintos y blancos también con crianza».
La capacidad de su botellero hace que consigan sacar al mercado unos vinos «muy pulidos», que es lo que, según Somonte, les diferencia.

En cuanto al producto, en Dominio de Tares buscan ofrecer «una calidad alta con precios competitivos». Probablemente esa relación calidad-precio de unos vinos muy cuidados y exigentes es la que consigue tenga mucho que ver con el éxito de Dominio de Tares.
Es la bodega de Bierzo que más exporta. Están presentes en 27 países, en las zonas «donde son más propensos al consumo de tinto». Y tienen el objetivo de «potenciar cada vez más la presencia internacional».
Con todo, el porcentaje de venta nacional gana. Aproximadamente el 60% se comercializa en España, mientras que un 40% se destina a la exportación. Y eso ocurre fundamentalmente «por contar con una marca reconocida», como es el caso de su vino Cepas Viejas.
Su vino más vendido no es el más barato
Y es que otra de las características distintivas de Dominio de Tares es que su vino más vendido no es el más barato.
Baltos es el vino entrante de gama pero no el más comercializado. El que más se vende, aún siendo más caro, es Cepas Viejas.
¿Por qué? Somonte lo tiene claro: «Por la calidad». Por eso es una marca «más conocida y demandada».

Así, a Dominio de Tares casi nunca se lo conoce por los vinos de barra, sino más bien por aquellos de mesa y mantel, que no entran tanto «en la pelea».
Los vinos de barra también son importantes
Pero no quieren descuidar tampoco ese segmento. «En la bodega no desechamos los vinos de barra, todo es importante», explica Somonte.
De este modo, su estrategia pasa por «no perder el consumo de restauración y ampliar la oferta y consumos en cuanto al destino de barra».

En este sentido, el enólogo de Dominio de Tares cree que los patrones de consumo no son inmutables: «La forma de consumo de vinos de la gente va cambiando, antes se descorchaba mucho vino por sumilleres, ahora va migrando hacia pinchos y tapas».
El blanco pisa fuerte
En España, los datos de consumo de vino y cerveza «están muy polarizados». Somonte cree que eso «viene determinado en gran parte por la climatología».
«Primavera, verano y otoño son más para blancos, los tintos no acompañan tanto en esas épocas del año. Y es en la producción de blancos donde competimos cada vez más. Aquí es donde podemos pelear con la cerveza», detalla.

Dominio de Tares se ha puesto las pilas y lo ha hecho con la Sonrisa de Tares, un joven dispuesto a ganar cuota en este segmento de vino como acompañante de los momentos de ocio.
«Es un vino de la variedad godello, fresco, cítrico, con cierto nervio, un PH bajo y una acidez alta para que sea ligero y concederle ese beber fácil», según presentación de Somonte.
El futuro «prometedor» de Dominio de Tares
Rafa Somonte ve el futuro de Bierzo en su conjunto y de Domino de Tares en particular como «prometedor, con viñas muy variadas».
El futuro pasa por «seguir produciendo lo que estamos haciendo bien». Pero también incluso por «un joven mencía de consumo informal».

«Hay que empezar a hacer más pruebas», no nos conformamos con un vino que esté funcionando en el mercado», prosigue.
«Tenemos que utilizar todos los medios que proporciona El Bierzo en cuanto a variertales y adaptarnos a la nueva realidad que estamos creando con zonas menores, por municipios».
En este sentido, defiende una mayor capacidad de diferenciación dentro de El Bierzo. «El futuro del sector del vino es seguir dándole al consumidor la capacidad de diferenciar dentro de sus zonas», valora.
Y es que el consumidor «cada vez está más informado acerca de todo y los productores estamos más informados de las nuevas técnicas, tenemos más medios para dar a conocer nuestros productos en otros países».

Periodista y apasionado de los vinos. Editor de webs de divulgación y dedicado a la comunicación corporativa.